Nunca me recomendaron tanto una hamburguesería. Incluso me hablaron personas con las que no tenía contacto desde el Mundial de Corea y Japón para decirme que vaya a Tierra de Nadie. ¿Cómo no ir condicionado y con la vara más que alta?
Un nuevo ganador
Sin palabras.
Tienen que ir ya a TIERRA DE NADIE
En serio. Nueva ganadora absoluta.
yo no sé… no sé como explicarte que DESTRONÓ TODO.
anda hoy!!!!
anda ayer
Ese monólogo de felicidad y desesperación es de Luján, amiga de la casa (si no la conocen deberían ver el capítulo (?) de Heisenburger). Cuando salió del local, lo primero que hizo fue recomendarnos TdN, lo segundo, tatuarse sus siglas. Bueno, no llegó a tanto, pero salió más que fascinada. Debido a su emoción, le prometí que el próximo lugar al que íriamos iba a ser ese y también que la reseña se iba a llamar »Luján». Se rió, pero soy un hombre de palabra, así que con tal de duplicar esa sonrisa le regalo el título. Igualmente, confensionario modo on, nos tomamos nuestro tiempo para ir a Tierra de Nadie. Antes tuvimos que pasar por DelToro. Sí, tuvimos de necesidad/obligación. La recomendación de un desconocido por Facebook altera cualquier plan, ayer, hoy y siempre.
Fuimos un lunes a la noche y había media hora de espera. Inédito. Lunes a la noche. ¿Quién sale a comer un lunes a la noche? Es cierto que las dimensiones del local se quedan cortas (ahora lo están ampliando), pero tener demora un lunes a la noche es una buena señal. No sólo había personas esperando, también había algunas que hacían take-away. Las hamburguesas iba y venían. »Voy y vengo», dijo un loco en una hamaca. Perdón, tenía que contar ese chiste.
Cuando agarré la carta no dudé. Vi la palabra »mollejas» y me tiré de cabeza. La hamburguesa también viene con rúcula, berenjenas en escabeche y rellena de queso jack (Premium). Lu, fiel a su estilo, dejó la innovación de lado y se pidió una más clásica que el Coyote persiguiendo al Correcaminos: jamón, queso dambo, huevo a la plancha, pepinos agridulces, ketchup casero, mayonesa y rellena de cheddar (Burger Deluxe). El pedido, a pesar de estar explotada la cueva, no tardó tanto. Otro poroto para seguir sumando. Igualmente antes había restado por los vasos, que son de aluminio, como de camping, esos que se usan para servir algo caliente. El alumnio se lleva todo el sabor de la gaseosa, que viene en botella de 600 cc o de 1,25 lt, oferta única en el mercado que le permite seguir sumando. Sin embargo, la hamburguesa es la que finalmente define el partido, es el famoso »gol gana». Podés ir ganando 35 a 5, pero cuando uno tira el »gol gana», empieza la verdadera historia.
El primer mordisco tuvo más presión que Messi en la final de la Copa América. Visualicé la molleja y la encaré sin titubear. No sólo agarré la molleja, enganché a todos los ingredientes y definitivamente TdN pedía podio. Sin embargo, el encanto se fue desvaneciendo como pompas de jabón. Con el correr de los mordiscos, el pan empezó a ser un tercero en discordia, desentonaba y su presencia incomodaba. La carne no tiene mucho volumen, es más largo el díametro que el alto. Con respecto a su sabor, queda opacada por el jack, queso invasivo al estilo cheddar. El queso en abundancia envuelve a la hamburguesa y la arrastra al oscuro lado de la comida chatarra. Insisto: todo culpa del queso.
Con respecto a las papas, estilo caseras, nada de industriales ni pasadas en aceite como la de los bodegones. Estaban ricas, un poco tibias, pero eso puede pasar, lo importante es el estilo, que no se negocia. Igualmente era de esperar que estuvieran buenas, el trabajo de archivo hizo florecer el prejuicio.
Llevó su tiempo terminar la hamburguesa, es realmente grande, de las más grandes del mercado. Con Lu coincidimos que la mochila de elogios le jugó en contra. A veces me tira un poco para abajo este juego, porque desde que lo empezamos, nunca más comí una hamburguesa como antes. Esto del catador le saca la sorpresa a muchas hamburgueserías, supongo que serán las reglas del juego. Cuando empiezo a tambalear con el proyecto, recuerdo que me pagan por comer y ahí se me pasa. Mentira, no me pagan por comer y jamás va a tambalear el proyecto. Simplemente asumo que tiene cosas buenas y malas. Esta vez le tocó a TdN jugar con las malas. Más allá de la reflexión, sin dudas TdN es un obligado de la ruta hamburguesera, pero no sé si el abanderado.
Lo más lindo de la noche fue lo que nos pasó cuando nos estábamos por ir. Por supuesto que primero pagamos, no pagó Dios. Lo menciono porque no es de las más baratas, está en el límite pero vale la pena superar a Roca/Evita. A la salida nos quedamos charlando con un comensal y esa charla derivó en algo que todavía no les podemos contar. Odio el »después te cuento», pero de verdad que después les cuento. Cabulero ante todo. Estén atentos, seguramente sea el season finale (?).
Ubicación:
- Avellaneda 588 (Caballito).
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Un comentario en “Luján”