Qué difícil el primer »te amo». Cuánto tiempo puede llegar a estar (res)guardado. Con Luciana dejamos que cayera de maduro, previa guerra fría sin sentido, culpa de inseguridades, miedos y un mar de dudas.
Recuerdo cuando no me animaba a decírselo. Una tarde no tuve mejor idea que agarrar el celular y expresarle mi indecisión en forma de emoji, de emoticón. Poesía en tiempos modernos, amor 2.0. El elegido fue una berenjena. En realidad no hubo elegido porque los comicios nunca existieron. La lotería del ridículo. »¿Por qué me mandás una berenjena?», me preguntó. Esquivé mi espasmo virtual con otro, esta vez sentimental: »No sé, quería hablarte y no sabía qué decirte». Mentiroso.
Al día siguiente me dijo de ir a cenar a un local de hamburguesas. No quería verla, necesitaba verla. El »te amo» era inminente. Sin embargo otra vez salió a escena la berenjena: Burger Joint te invita a dibujar sus paredes, así que le pedí unos marcadores a Luciana y plasmé mi amor en curvas de color violeta.
Mal no salió, porque la idea le encantó, casi tanto como las hamburguesas. Luciana pidió la Americain y yo la Bleu. Ella jugó a lo seguro, al cheddar, bacon y salsa barbacoa, mientras que yo me arriesgué un poco más: roquefort, hongos portobello, cebolla caramelizada, tomates secos y rúcula (igualmente arriesgar hubiese sido decirle »te amo»). Una más rica que la otra.
Cuando terminamos de comer me di cuenta de que mi vida hamburguesística (?) había sido una mentira. Cuánta plata desperdiciada en locales de comida rápida que no le llegan ni a los talones a BJ. La única manera de que vuelva a pisarlos es con algún descuento y en situación de apuro, si no no hay justificativo.
La relación precio/calidad es perfecta. La carne es un medallón, difícil que te quedes con hambre, los ingredientes abundan y de chapa el lugar es súper canchero. Trato de no hacer hincapié en la ambientación porque lo que realmente importa es la hamburguesa, no hay que distraerse con superficialidades. Igualmente hay que destacarla: el cambalache de dibujos, posters, gadgets y Seinfeld en loop hacen del lugar un pequeño pulmón neoyorkino dentro de Plaza Serrano.
¿Dónde está mi hamburguesa? nació gracias a BJ. Aquella noche quedamos tan satisfechos que se nos ocurrió hacer una página en busca de la mejor hamburguesa de Buenos Aires. Hay lugares de gran nivel, pero no les alcanza para destronar al volumen de carne, combinación/proporción de ingredientes y relación precio/calidad de BJ.
Al final no le dije »te amo» pero surgió este juego. Si se lo decía tal vez nunca hubiésemos encarado esta búsqueda, porque el »te amo» hubiese acaparado toda la atención de la cena. Por suerte Luciana tenía marcadores, y encima de color violeta, inédito. Así que acá estamos, comiendo hamburguesas, alimentando nuestro amor y buscándole rival al por ahora número uno, al puto amo, al the one who knocks.
Bonus track: el/la que encuentra la berenjena en las paredes de este hermoso lugar, se lleva un premio. Las tarjetas del mostrador vienen con un secreto: atrás tienen un contador, la décima hamburguesa la invita Mr. Burger Joint. ¡A no olvidarse del sellito!
Ubicación:
- Borges 1766 (Palermo).
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Un comentario en “The one who knocks”